Es la causa más común de vértigo y ocurre cuando pequeños cristales de calcio (otolitos) se desprenden y se alojan en los canales semicirculares del oído interno, alterando el equilibrio. Se desencadena con cambios de posición de la cabeza.

Maniobras de reposicionamiento (como la maniobra de Epley) para recolocar los otolitos.

Rehabilitación vestibular si persiste el desequilibrio.

Evitar movimientos bruscos durante la recuperación.

Es una inflamación del nervio vestibular, generalmente causada por una infección viral. Provoca vértigo intenso y prolongado, acompañado de náuseas y dificultad para caminar, pero sin afectar la audición.

Reposo y control de síntomas con medicamentos (antieméticos, sedantes vestibulares).

Corticosteroides en algunos casos para reducir la inflamación.

Rehabilitación vestibular para recuperar el equilibrio.

Es un trastorno crónico del equilibrio caracterizado por mareo constante, sensación de inestabilidad y desequilibrio sin una causa estructural clara. Puede empeorar con el movimiento, entornos visualmente complejos (supermercados, pantallas) y situaciones de estrés.

Rehabilitación vestibular para mejorar la tolerancia al movimiento.

Terapia cognitivo-conductual (TCC) para reducir la ansiedad asociada.

Medicación en algunos casos (antidepresivos a dosis bajas, como ISRS o ISRN).

Es un trastorno del oído interno caracterizado por episodios de vértigo intenso, pérdida de audición fluctuante, tinnitus (zumbidos en los oídos) y sensación de presión en el oído. Se debe a un aumento anormal de líquido en el laberinto del oído interno.

Dieta baja en sal y diuréticos para reducir la acumulación de líquido.

Medicamentos para el vértigo y náuseas (betahistina, antieméticos).

Rehabilitación vestibular en casos persistentes.

Inyecciones de gentamicina o corticoides en el oído medio en casos severos.

Cirugía en casos extremos y resistentes al tratamiento.